La Unión Europea no tiene un pasaporte en sí mismo. Es importante saber que el pasaporte europeo va vinculado a cada país miembro de la UE. Eso sí, tener un pasaporte de cualquiera de los estados miembros de la comunidad te da derecho a poder viajar, residir y trabajar en cualquiera de los otros países.
Si no eres miembro de la Unión Europea es necesario empezar a tramitar la ciudadanía, un proceso demorado, pero por el que hay que pasar si quieres conseguir un pasaporte que te de la libertad de transitar por cualquiera de los 28 países que forman la comunidad europea.
Ventajas de conseguir un pasaporte europeo
Aunque muchas veces se vea la Unión Europea como un espacio con luces y sombras, la verdad es que los ciudadanos de fuera ven el viejo continente como un lugar beneficioso en términos de derechos y posibilidades laborales. Por ello, son muchas las personas las que acceden a los países de la UE con el objetivo de conseguir un trabajo y con ello la ciudadanía europea.
Entre las ventajas de conseguir un pasaporte de algún país miembro de la Unión Europea están:
Libre circulación
Muévete con libertad. Ser ciudadano de la UE te permite viajar libremente por cualquiera de los 28 países de la Unión Europea, entrando y saliendo sin necesidad de visado.
Trabajar y vivir en el extranjero
¿Te gustaría cambiar de vida? ¿Una nueva aventura en otro país? Con la ciudadanía europea, puedes trabajar en cualquier país de la UE sin necesidad de permiso de trabajo.
Una sola moneda
La mayoría de los países de la Unión Europea tiene una moneda común: el Euro. Antes de su existencia , cada vez que viajabas al extranjero tenías que cambiar dinero.
Gracias al uso de una sola moneda elegir un banco para trabajar en el Extranjero es cada vez más fácil.
Conducir en todos los países
Tu permiso de conducir español es válido en cualquier país de la UE. Eso sí, cada país tiene normas propias de circulación.
Estudiar sin limitaciones
Si eres ciudadano europeo, tienes derecho a estudiar en cualquier país de la UE.
Ciudadanía Europea.
Para conseguir la ciudadanía europea no es necesario que hayas nacido en Europa. Existen varias formas de poder obtenerla y con ello el pasaporte que te de acceso a poder vivir y trabajar en cualquiera de los países que forman la UE.
La Unión Europea se estableció en 1993 con la finalidad de abrir las fronteras en Europa a los ciudadanos nacidos en alguno de los países pertenecientes a la comunidad. Es importante señalar que cada país tiene sus propias leyes a la hora de conceder la ciudadanía, por ejemplo, si has trabajado y vivido de manera legal durante cinco años ininterrumpidos en alguno de los países que forman parte de la Unión Europea puedes tramitar un permiso de residencia permanente que posteriormente te dará acceso a la nacionalidad.
Descendientes
Durante muchos años, sobre todo durante la primera mitad del siglo XX muchos europeos cruzaron el océano y emigraron a países de américa del norte, américa central y del sur, a Canadá y a Australia. Muchos de ellos conservaron su ciudadanía a pesar de sentirse parte de su nuevo país, por lo tanto, la mayoría dieron de herencia esta ciudadanía a sus descendientes.
Hoy estos descendientes buscan volver a cruzar la gran distancia que separa estos continentes en busca de nuevas aventuras y oportunidades. Por lo que muchos nietos o bisnietos de europeos adquieren ese derecho sanguíneo de obtener el pasaporte europeo. Cada país tiene una ley particular para otorgar el derecho de ciudadanía por ascendiente, por lo que es conveniente consultar en el consulado.
Matrimonio
El matrimonio con un ciudadano de la Unión Europea es una forma indirecta de adquirir la nacionalidad. Es una vía muy vigilada al ser la más propensa a la existencia de fraudes. Sin embargo, vivimos en un mundo cada vez más cosmopolita y ya no es raro los matrimonios entre personas de diferentes países o continentes.
Residencia
Otorgar la ciudadanía a través de la residencia es la vía más común. En este caso, en España, se exige una estancia legal de 10 años para poder solicitar la nacionalidad. Período que se rebaja a dos años en el caso de los nacionales de todo Iberoamérica, Andorra, Filipinas, Guinea Ecuatorial y de los sefardíes. Los refugiados, un grupo muy reducido en España, pueden solicitar la nacionalidad tras un periodo de cinco años de residencia.
Los procesos suelen demorar un tiempo considerable, pues como ya dijimos que cada país tiene sus propias leyes que pueden agilizar o entorpecer los procesos. Lo mejor es mirar cada caso en particular. A través de Exteriores puedes ampliar la información.
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